En mi primera entrada me sentí ofendido por la afirmación de monseñor Balducci de que la cuestión de los ovnis y los extraterrestres (o los fenómenos denunciados) no tienen nada que ver con el reino demoníaco. Desgranemos un poco esa afirmación.

Cuestioné la afirmación de Balducci por dos motivos que quizá no hayan quedado claros:

(1) Puesto que no sabemos qué son los ovnis (si pertenecen a la categoría seis, avistamientos inexplicados), no podemos descartar hipótesis hasta que las pruebas nos obliguen a hacerlo. Para que la afirmación de Balducci tenga algún peso, tiene que presentar pruebas coherentes que demuestren de forma convincente que los ovnis y sus supuestos ocupantes no pueden ser lo que su iglesia (la católica romana; el cristianismo en general) consideraría demoníaco. Estas pruebas tendrían que presentarse a la luz de lo que informan los testigos y de lo que dicen su fe y sus textos sagrados. Que yo sepa, Monseñor Balducci no ha hecho nada de este tipo de trabajo (si lo ha hecho, no está publicado), por lo que su argumento no es más que un argumento desde la autoridad de su cargo.

(2) Si uno realmente profundiza en lo que los testigos dicen sobre su experiencia de contacto o abducción (ya sea contemporánea o de otra época histórica), verá muchos puntos de conexión entre esas experiencias y lo que la iglesia de Balducci ha considerado históricamente demoníaco: creencias y enseñanzas ocultistas, descripciones de opresión demoníaca y mensajes contrarios a la sana teología católica (y a la teología de otras corrientes cristianas).

Así pues, monseñor Balducci se encuentra ante un conflicto: la alineación de su afirmación con el testimonio de los experimentadores y el análisis teológico de dicho testimonio cuando éste habla de ideas y actividades que su Iglesia ha condenado durante siglos. Balducci no puede pretender tener razón y que su Iglesia esté equivocada, pues de lo contrario estaría sujeto a la disciplina de su Iglesia.

Una cosa más. Esto no quiere decir que la Iglesia Católica no pueda equivocarse en estas cuestiones. Es sólo para decir que (1) Balducci, como sacerdote católico, tiene que articular una posición que la Iglesia no objetaría para que su afirmación tenga peso entre los católicos; y (2) la afirmación de Balducci tiene que resistir el registro histórico de cómo lo que dicen los experimentadores sobre OVNIs y extraterrestres coincide con los grupos ocultos históricos y sus enseñanzas.

Buena suerte, Monseñor.