Azazel


El Día de la Expiación en Levítico 16

A menudo me preguntan qué significa Levítico 16:8 cuando dice: «Y Aarón echará suertes sobre los dos machos cabríos, una suerte para el Señor y la otra suerte para Azazel». ¿Quién (o qué) es Azazel? ¿Por qué algunas traducciones dicen «para un chivo expiatorio» (NASB, NIV, NKJV, KJV) y otras «para Azazel» (ESV, NET)?

Una cabra para Azazel en el Día de la Expiación

Yom Kippur, el «Día de la Expiación» descrito en Levítico 16, es un elemento importante del judaísmo. Aunque hoy en día no se practica como en la antigüedad debido a la ausencia del templo y del sacerdocio levítico, este día sagrado sigue siendo fundamental para la fe judía. Pero, aunque muchos cristianos han oído hablar de este día, la mayoría se asustaría al saber que una figura siniestra acecha en las sombras del Levítico 16. Hay un diablo en los detalles. 

El ritual del Día de la Expiación requería un carnero, un toro y dos machos cabríos (vv. 3-5). El carnero era para el holocausto, una ofrenda general destinada a agradar a Dios (1:3-4). El toro, tomado del «rebaño», servía como ofrenda por el pecado para Aarón, el sumo sacerdote, y su familia. El propósito de la ofrenda por el pecado era la purificación: devolver a un individuo la pureza ritual para permitirle ocupar el espacio sagrado y estar cerca de la presencia de Dios. Curiosamente, se necesitaban dos machos cabríos tomados «de la congregación» para una única ofrenda por el pecado (16:5) del pueblo. Si la ofrenda por el pecado (4:1-12) implicaba un solo animal, ¿por qué se necesitan dos machos cabríos?

El sumo sacerdote echaría suertes sobre los dos machos cabríos, resultando uno elegido para el sacrificio «para el Señor». La sangre de ese macho cabrío purificaría al pueblo. El segundo macho cabrío no se sacrificaba. Este macho cabrío llevaba simbólicamente los pecados fuera del campamento de Israel, al desierto, y era «para Azazel» (16:8-10).

¿Quién o qué es?

El término hebreo ʿazʾazel aparece cuatro veces sólo en Levítico 16 y en ninguna otra parte de la Biblia. Muchas traducciones prefieren traducir el término como una frase: «la cabra que se va» («chivo expiatorio» en la RV). Otras traducciones tratan la palabra como un nombre: Azazel. La primera opción es posible, pero dado que la frase «para Azazel» ocurre en paralelo a «para el Señor», la redacción sugiere que dos figuras divinas están siendo contrastadas por los dos machos cabríos.

Otras dos consideraciones abogan a favor de que Azazel sea un ser divino, de hecho, una figura demoníaca asociada con el desierto.

Los textos judíos del período intertestamentario muestran que Azazel se entendía como una figura demoníaca. Los textos de esta época deletrean el nombre «Azazel», «Azael» y «Asael». La figura se presenta como un ángel caído o como la serpiente del Edén (véase 1 Enoc 8:1; 9:6; 10:4-8; 13:1; cf. 54:5-6; 55:4; 69:2; Abr.13:6-14; 14:4-6). La Mishná (hacia el año 200 d.C.; Yoma 6:6) relata que el macho cabrío para Azazel era conducido a un acantilado y empujado para matarlo, asegurándose así de que no regresara. Esta asociación del desierto con el mal es evidente en el Nuevo Testamento, ya que fue allí donde Jesús se encontró con el diablo (Mt 4:1).

En Levítico 17:17 nos enteramos de que algunos israelitas habían acostumbrado sacrificar ofrendas a «demonios cabríos». El Día de la Expiación sustituyó esta práctica ilegítima.

Es importante notar que este macho cabrío no era un sacrificio-no era enviado al desierto (visto como tierra profana) como un acto de sacrificio a un dios o demonio extranjero. El acto de enviar el macho cabrío vivo al desierto se consideraba como el envío de los pecados del pueblo a donde pertenecían: al dominio demoníaco.

Aquí hay un contraste. Un macho cabrío es sacrificado y permite el acceso purificado al Dios verdadero. El otro es enviado al dominio de los demonios. De este modo, se reforzaba visualmente la identidad del Dios verdadero y su misericordia y santidad.

Recursos:

  • Janowski, “Azazel,” Dictionary of Deities and Demons in the Bible (Edited by Karel van der Toorn, Bob Becking, and Pieter W. van der Horst; Leiden; Grand Rapids, MI; Cambridge: Brill; Eerdmans, 1999).
  • L. Grabbe, “The Scapegoat: A Study in Early Jewish Interpretation,” Journal for the Study of Judaism 18 (1987) 152–167
  • Tawil, “Azazel. The Prince of the Steppe: A Comparative Study,” Zeitschrift für die Alttestamentliche Wissenschaft 92 (1980) 43–59.

Link original: https://www.miqlat.org/azazel.htm

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